El tritón borracho
SOBRE EL CUENTO DE UN MINUTO TITULADO IN MEMORIAM DOCTOR K. H. G. DE
Cuando los Cuentos de un minuto fueron publicados (en el año 1968)
nació un nuevo género en la literatura húngara. El escritor publicó un volumen
de cuentos que contiene textos tan breves que se tarda solo un minuto leerlos.
Örkény muchas veces analizaba y explicaba el género de estos cuentos, incluso
escribió un Manual de uso de ellos. Los cuentos breves
tenían enorme éxito y - si eso tiene algún sentido en absoluto - de
pronto llegaron a ser considerados como clásicos de la literatura húngara. Hoy
en día el lector los encuentra entre las lecturas obligatorias de las escuelas
secundarias, así el volumen no requiere una presentación específica. Tampoco es
obvio ¿por qué representan los cuentos de este volumen un nuevo género? Ya que
la anécdota tiene gran tradición en la prosa húngara desde Kálmán Mikszáth,
hasta Péter Esterházy. Los cuentos de Örkény responden perfectamente a las
reglas del género del chiste o el de la anécdota, tampoco es novedad que se
figure una composición parecida independientemente. Por lo que llamamos novedad
los cuentos de este volumen a pesar de todo, es su mirada inconfundiblemente
irónica.
En una escena de la película sobre
conocida de Charlie Chaplin, en la que hace parodia de Hitler, el dictador está
jugando con una bola de playa gigante. No podemos evitar reírnos como está
balanceándola graciosamente con la mano, con la cabeza y con el culo. Luego nos
damos cuenta que en la bola el globo está pintado, continentes y océanos están
dibujados en ella. Por eso se nos escapa la risa en seguida. La escena es
cómico y da escalofrío a la vez. No se podría concebir mejor el concepto
estético del grotesco de otra manera. Grotesco es algo que provoca risa y miedo
al mismo tiempo. La expresión viene del italiano, la palabra grotta signifíca cueva, y refiere a las pinturas y
esculturas de la época romana encontradas en las profundidades de las cuevas
que modelaban figuras deformes de humanos y de animales, y además eran cómicas
y feas a la vez.
István Örkény es un gran maestro del
género del grotesco. Este motivo de estilo está presente en sus obras desde los
principios de su carrera. Su primer relato titulado La danza del Mar, publicado en 1937 en la revista Palabra bonita, se enfoca en la realidad desde el
mismo punto de vista. Su obra más conocida, La
Familia Tóth- y su adaptación
filmada ¡Bienvenido, Señor Comandante!, también
es un conjunto de lo cómico y de lo espantoso. Cada uno de los Cuentos de un minuto es de estilo grotesco. La novedad
de estos textos se muestra en el conjunto del grotesco y de la brevedad
anecdótica. Los textos son lacónicos por su brevedad así el tono grotesco se
divisa de manera más concentrada y perfilada.
Consideramos importante empezar el
análisis con estas líneas aúnque el cuento de un minuto In memoriam Doctor K. H. G. que vamos a analizar más abajo no
es una obra grotesca sino más bien trágica. Por primera lectura parecerá una
anécdota, aunque carece de elementos cómicos. Quizás porque el estilo de los
otros cuentos del volumen irradia y prevalece en general. El volumen de los Cuentos de un minuto se divide en seis capítulos
grandes (Estados, Retratos, Imágenes de la época, Al revés, Versiones,
Ejemplos) de 13-14 cuentos
cada uno. In memoriam Doctor
K. H. G. es el último cuento
del primer capítulo. El lector al llegar a aquello ya tiene una impresión del
entono de los cuentos de Örkény. Ha conocido el tema principal del volumen, la
muerte (No hay ninguna novedad, La muerte del actor, Muerte de cristal,
Klimax) Así no le va a
sorprender el final del cuento, ya está “acostumbrado” a lo trágico y a que en
este género por su extensión breve se habla con una intensidad y peso especial
sobre la brevedad y la insignificancia de la vida. In memoriam Doctor K. H. G. es una excepción. Antes de empezar
el análisis he aquí el texto completo:
IN MEMORIAM DOCTOR K.H.G.
-¿Hölderlin ist Ihnen unbekannt? (*) –preguntó el doctor
K.H.G., mientras cavaba la fosa para el caballo muerto.
-¿Quién era ése? –preguntó el guardia
alemán.
-El que escribió Hiperión –explicó el doctor K.H.G. Le
gustaba mucho explicar -. La figura más importante del romanticismo alemán. ¿Y
Heine, por ejemplo?
-¿Quiénes son esos? –preguntó el guardia.
-Poetas –explicó el doctor K.H.G. -.
¿Tampoco conoce el nombre de Schiller?
-Sí, lo conozco –dijo el guardia alemán.
-¿Y el de Rilke?
-También –dijo el guardia alemán, y se
puso como un tomate, y de un tiro mató al doctor K.H.G.
(*) ¿ No conoce Usted a Hölderlin?
A grandes rasgos así podríamos redactar
de nuevo los acontecimientos del cuento: El doctor K.H.G. está trabajando
en un campo de trabajo forzado mientras inicia conversación con su guardia.
Pero el guardia alemán es bastante inculto y cuando se sienta incómodo que el
otro se lo había dado cuenta, le mata de un tiro. Sin duda, este esquema omite
varios detalles muy importantes del verdadero significado del texto. Vamos a
empezar el análisis como si fuera solamente todo esto lo que hemos sacado del
cuento. Vamos a acercar al cuento como si realmente no dijera más. Entonces el
texto no trataría más que la educación de los protagonistas, que el prisionero,
el doctor K.H.G. es un hombre culto y el guardia alemán no lo es para nada.
Esta situación bruscamente simplificada puede describir los dos caracteres de
manera interesante. Por un lado podemos pensar ¿hasta dónde ha llegado en su
vida el doctor K.H. G. con su cultura obtenida si al final acaba en una
fosa cavada para el caballo muerto? El cuento nos habla de que el puro
conocimiento no vale para todo. El doctor K.H.G es un “sabio de gabinete”
inocente que solo tiene conocimientos suficientes para fastidiar fatalmente a
su guardia. (Tal vez podemos meditar en si lo hace a propósito o por tontería.)
Por otro lado se entiende muy bien la reacción del guardia, la expresión “se
puso como un tomate” describe su humillación y no tiene otro remedio para
ocultar su falta de educación que su brutalidad.
Blaise Pascal analiza una
contradicción parecida en el legajo de número 298. de Pensamientos así
redactado :“Es justo que lo que es justo se obedezca, es necesario que lo
que es más fuerte se obedezca. La justicia sin la fuerza es impotente, la
fuerza sin la justicia es tiránica.
La justicia sin fuerza es contradicha,
porque hay siempre malvados; la fuerza sin la justicia es sometida a acusación.
Por lo tanto, hay que poner juntas la justicia y la fuerza; para esto, hay que
conseguir que lo que es justo sea fuerte, o que lo que es fuerte sea justo. Se
puede discutir la justicia; la fuerza, se la reconoce claramente y sin
discusión. Por ello, no se ha podido conceder la fuerza a la justicia, porque
la fuerza ha contradicho la justicia y ha dicho que la injusta era ésta, y ha
dicho que ella era justa. Y por ello, porque no se pudo conseguir que lo que es
justo fuera fuerte, se llegó a que lo que es fuerte fuera justo.” (Traducido al español por Oscar Andrieu.)
En el cuento de Örkény la contradicción no está entre la justicia y la
fuerza sino entre el juicio y la fuerza. El contraste es igualmente
insoluble o solo se puede solucionarla si la fuerza brutal triunfa. El juicio
apacible en vano intenta ajustarse iniciando una conversación amistosa, la
fuerza brutal lo toma como lección, ofensa y humillación, y responde con una
crueldad conforme a su propia índole.
Si sacáramos solamente esto del texto, el cuento tampoco saldría hacía afuera
del resto de los Cuentos de un
minuto. Ya que muchos de
ellos son tan breves y simples que no aspiran a tener un significado compuesto.
Pero este caso es diferente. El mismo Örkény nos advierte a ser prudentes en su
escrito del final de la edición de 1999 diciendo: [ Los
cuentos] ² no son breves porque tengan poco que
decir , sino porque con pocas
palabras quieren decir mucho. ¡ Ojala!” Y más abajo:
“en realidad estos escritos son ecuaciones matemáticas. En un lado está el
mínimo de la información de parte del escritor, y en el otro el máximo de la
imaginación de parte del lector.”
En nuestra opinión el concepto del máximo
de la imaginación es bastante
amplio, y no creemos que en referencia a ello pudiéramos imaginar cualquier
cosa en cuanto al texto. No es que nos invite a recomponer el texto sino nos
advierte a que no subestimemos el
mínimo de la información. Estos
cuentos - según Örkény- ²concentran
la información a señal”. Así pues el objetivo de nuestro análisis es revelar
estas señales.
Primero del todo vamos a empezar con el nombre de doctor K.H.G. Sabemos y lo
trataremos más abajo - que encubre a una persona concreta que vivía en otros
tiempos. Pero si no lo supiéramos, todavía nos diría mucho. Es muy
significativo que el nombre completo del prisionero no se figura en el texto.
Como en la cárcel donde los prisioneros solo tienen números o como en los
informes criminales en los que las personas se figuran con letras, aquí también
solo podemos leer abreviaturas. El monograma priva de la personalidad pero es
interesante que lo mismo se contrapone al título de doctor. No nos enteramos
del nombre de la persona solamente de su grado de doctor. Aunque no tenga
nombre, posee título. (Si no en otra, en esta parte del texto se encuentra lo
cómico.) El doctor K.H.G. es un hombre realmente culto, a raíz de lo que dice
puede ser doctor en letras. Un hombre erudito a quien le gusta mucho explicar,
posiblemente es un profesor. Las iniciales de su nombre no le identifican pero
le hacen único y nos sugieren a un hombre detrás de su monograma que merece que
le distingan de los demás. (Por esta razón no podría ser señalado en el texto
por la letra X impersonalizada.)
El guardia alemán ni siquiera tiene monograma, señalando que no es una figura
única. Tiene características típicas de todos los guardias alemanes. Por lo
tanto según el texto todos los guardias alemanes son bobos. Por su unanimidad
le imaginamos a una persona que no merece distinción de su género.
Pero vamos a seguir con el monograma de doctor K.H.G. ¿Por qué está compuesto
de tres letras? Sería más habitual si consistiera de dos letras referidas al
nombre y al apellido. Uno puede tener tres nombres por varias razones. En
tiempos remotos el lugar de origen era incluido en los apellidos, como por
ejemplo: Albert Szenci Molnár, Sándor Kőrösi Csoma o Ferenc Pápai Páriz. Es
posible también que uno tenga dos nombres, por ejemplo: András Ferenc Kovács.
En este caso la solución está en otra parte. De la situación está claro que el
doctor K.H.G es prisionero en un campo de concentración o está haciendo trabajo
obligatorio en Alemania. Por eso es probable que sea de origen judío.
Observando las costumbres de denominación del siglo veinte, en general las
familias judías magiarizaron el apellido, pero no quitaron completamente el
apellido referido a su origen manteniendo la primera letra de ello. En el
monograma del doctor K.H.G. la letra K. puede significar Kohn por ejemplo. Así
el monograma de tres letras además de identificar a la persona, refiere a su
origen también.
No tiene sentido disimular más, como si fuera secreto: el doctor K.H.G no
es otra persona que Géza K. Havas (el 13 de noviembre de1905, Nagykanizsa – el
25 de abril de 1945, Günskirschen), crítico, economista y redactor. Estudiaba
filología clásica pero no podía terminar sus estudios y acabó por ser
empleado de banco, agente de libro y editor. Traducía varios libros y publicaba
ensayos literarios importantes. Era redactor jefe del periódico Népszava y de las revistas Szép Szó y Századunk, y redactor del Fórum. Desde 1942 varias veces estaba
sujeto a trabajo obligatorio, murió de un ataque al corazón en 1945.
Sus escritos publicados entre 1937 y 1944 fueron editados en el volumen
titulado ¡Arriba muertos! por
János Kenedi (Edición: Gondolat, Nyilvánosság Klub, Századvég, Bp. 1990) En
aquello después de los escritos de Géza Havas, se puede leer la rememoración de
Milán Füst, de la que vamos a recordar a la figura del doctor K.H.G.: ²Tenía un carácter ardiente, cuando
sus ojos encrespaban se ponía muy guapo subiendo la cabeza con cara de juez.
Con sus ojos chispeantes, apasionado por el amor parecía como si fuera capaz de
ir a la pira en seguida por las personas e ideas que amaba. […] Si
se hubiese podido confiar todos los asuntos de la sociedad a su amor a la
verdad, nos habría rodeado un mundo más perfecto. […] hablaba
latino e inglés muy bien, y sobre todo citaba miles de poemas de memoria. Nunca
he visto a nadie que hubiese llevado tanto milagro poético dentro de si mismo,
y que sea listo siempre para impresionar a la gente con ello. Además era muy
entendido de la poesía lírica, que es una gran cosa- para mí, por lo menos-, ya
que he visto a muy poca gente en mi vida larga que hubiera sido especialista de
este terreno de verdad. Pero él lo era. Concluyendo todo esto ¿no es natural si
lloro por él tanto, y si les pido a ustedes que le hagan homenaje a su espíritu
luchador con ojos cerrados? Que imaginen ustedes a su figura seca y delgada
vestida de ropa pobre, andando por las calles de Budapest con ojos iracundos,
siempre quejándose y siendo descontento...Porque la ira continua del honor
eterno flameaba en su corazón.²
Leyendo sus escritos del volumen ¡Arriba
muertos! se revela que Géza
K. Havas era un publicista con ideas socialdemócratas, más tarde de pensamiento
liberal, y que tenía una actitud política muy bien definida. Estaba luchando
continuamente contra la política de derechas, contra la ideología de Szálasi
y la de su entorno. Escribió un ensayo sobre la cuestión de los judíos con el
título de Asimilación y
disimilación, y otro
disputando con su propia comunidad titulado: ¡No
puedo asimilarme! Además de
sus escritos publicisticos, sus críticas y ensayos en los que escribe de la
literatura elogiando a Móricz, discutiendo con László Németh y evaluando a
Sándor Weöres, lamentablemente no fueron publicados. Los que le conocían
enfatizan mucho que era un hombre muy bien informado y tenía un gusto literario
muy sofisticado.
¿De qué manera modificará la
interpretación del In memoriam
dr. K.H.G el retrato arriba
dibujado? Por supuesto, el
que se acerque a la obra desconsiderando a los hechos biográficos y solo mira
el texto como punto de partida a la hora de la interpretación, tiene razón
también. Pero quizás la biografía puede transmitir al mismo interpretador el
mensaje de que el doctor K.H.G. no era un sabio de gabinete incapaz de mirar
más allá de su librería aún en reclusión alemana, y que vale imaginar a un hombre
culto de conocimientos amplios detrás de la figura del doctor K.H.G. que a
pesar de su ilustración sofisticada llega a ser víctima del guardia alemán.
Aunque el
título del cuento (In memoriam…) con
un gesto conmemorativo y
respetuoso nos advierte de que aquí la historia está escrita para hacer
homenaje a alguien. El título siempre forma parte importante del texto, en el
caso de los cuentos de un minuto es así todavía más, como Örkény nos advierte
en el manual : ² es
importante prestar atención a los títulos. El autor aspiró a la brevedad, así
no podía dar títulos insignificantes. Antes de subir al tranvía miramos su
señal. Pues, los títulos de estos cuentos tienen la misma importancia.” El
lector que parta solamente del texto puede pensar que el protagonista señalado
con monograma representa a los judíos matados durante la Segunda Guerra
Mundial, y el autor hace homenaje a todos ellos enseñando los últimos momentos
del doctor K.H.G. No obstante, si conocemos la vida de Géza K. Havas y sabemos
que Örkény le conocía personalmente ( ya que ambos pertenecían al entorno de la
revista Szép Szó, los dos
eran de origen judío y estaban sujetos a trabajo obligatorio), entonces este
cuento es mucho más que un homenaje al holocausto en general. Conociendo las
dos biografías el título que comienza con In
memoriam es un gesto concreto
que hace homenaje al coetáneo del escritor.
Pero vamos a
tratar ahora el texto del cuento. Es evidente que la historia del relato es una
ficción, dado que sabemos que Géza K. Havas no fue matado por un guardia alemán
sino murió por un ataque al corazón. El diálogo entre el doctor K.H.G y el
guardia alemán igualmente será imaginario. Por eso caemos en la trampa ya a la
primera frase: ¿Hölderlin ist Ihnen unbekannt?- pregunta el protagonista. Géza K. Havas y Örkény hablaban
alemán muy bien. Pero está frase es errónea. Si el doctor K.H.G. quisiera
preguntar ²¿ Conoce usted a
Hölderlin?², entonces diría correctamente ¿Ist Hölderlin ihnen unbekannt?.
El uso de la palabra unbekannt (‘desconocido’) es raro también.
La pregunta ¿Kennen Sie Hölderlin? sería
más natural y simple. La pregunta usada en esta forma en el cuento expresa
aturdimiento e indignación, la podríamos traducir así: ¿Usted realmente no
conoce a Hölderlin? Pero los cuentos de un minuto nunca empiezan in medias res. Aquí tampoco es probable que nos
encontráramos en el medio de un diálogo antes empezado, por eso el orden de las
palabras de la primera frase no puede referirse a frases dichas de antemano.
¿Por qué hace entonces un brinco el orden de las palabras? En vez de pensar en
una torpeza de parte de Örkény, más bien creo que se trata de la descripción
sutil del doctor K.H.G.
Es obvio que el diálogo está llevado en alemán, en el idioma materna del
guardia alemán. Pero esto está señalado solo en la primera frase. El doctor
K.H.G. intenta asimilarse a la situación, pero es evidente que no lo consiga
por completo, ya que el alemán no es su lengua materna. Entre los dos
protagonistas hay una diferencia lingüística además de la de cultural. Pero
ahora es lo contrario, aquí el guardia alemán habla perfectamente el idioma y
es el doctor K.H.G. que no lo habla bien. Intenta compensar la diferencia
lingüística, naturalmente con poco éxito. (polarizando la situación, puedo
imaginar los pensamientos del guardia antes del tiro: Este desgraciado quiere
darme lecciones que ni siquiera habla alemán correctamente.) El orden erróneo
de las palabras quizás alude a esto.
El diálogo se acelera en adelante, el escritor lo describe con un léxico
casi escaso utilizando solamente los verbos preguntó,
explicó, y dijo (tres, dos y
tres veces). A parte de las palabras de la conversación nos enteramos solo de
que el doctor K.H.G está
cavando un foso y que el
guardia se puso como un
tomate, y de un tiro mató al doctor K.H.G. La
escasez del léxico sugiere objetividad, como si el escritor no quisiera
describir la situación a propósito, deja que el diálogo la describa. La falta
de los adjetivos enfatiza más aún la expresión en la última línea del texto: se puso como un tomate,
expresando perfectamente el estado de ánimo del guardia alemán.
En el diálogo se menciona los nombres de cuatro poetas: Hölderlin, Heine, Schiller y Rilke. Me entristece que a la mayoría de los
lectores estudiantes de hoy estos nombres no digan nada, igual que al guardia
alemán. Aunque no es mi tarea criticar la educación de segundo grado, solo
quiero señalar el hecho de que los estudiantes de
los institutos húngaros no deben leer nada de Hölderlin, de Heine o de
Schiller, y de Rilke tampoco se figura más de un par de poemas en las
antologías. Por lo tanto una parte de los lectores reducirá el diálogo del
cuento de Örkény a la afirmación (casi vacío) que el doctor K.H.G. es un hombre
educado y el guardia alemán no lo es. ( Espero que el refrán Quien tiene tejado de vidrio, no
tire piedras al de su vecino no
valga siempre.) No es ninguna casualidad que aparezcan aquellos poetas en la
obra, tampoco se menciona un título al azar, el Hiperión de Hölderlin.
Para los lectores alemanes los poetas arriba enumerados son sobre conocidos.
Como si nos preguntara alguien si conocemos a Csokonai, Petőfi, Vörösmarty o a
Kosztolányi. El doctor K.H.G intenta iniciar una conversación mencionando
figuras populares de la literatura alemana, suponiendo que el guardia alemán no
puede ser analfabeto completamente. Pero se equivoca y esto será su destino. La
ignorancia es insuperable.
Pero por qué menciona el protagonista precisamente al Hiperión. Tiendo a suponer que
Örkény se declina del orden apropiado de la pregunta porque Hölderlin tiene
tanta importancia para él. El título original de la novela epistolar citada es Hiperión, o el eremita de Grecia. El protagonista es un titán
griego, su nombre significa “en lo más alto” que equivale al dios sol y a
la luz. En sus cartas cuenta sobre el curso de su vida a su amigo Belarmino.
Primero conoce al joven Adamas, luego al Alabanda y los tres juntos se exaltan
por la belleza de la naturaleza, por el pasado griego, y por la libertad. Más
tarde encuentra a su amada Diótima, y las cartas atestiguan el amor ingenuo de
ellos. No obstante, dentro de poco Hiperión participa en la guerra griega por
la libertad y cuando regresa Diótima se había descarnado de la tristeza y
su amigo elige la muerte también. No es el argumento arriba detallado que sea
interesante en esta obra, sino la tonalidad lírica utilizada por Hiperión. Su
estilo está cerca al de las novelas románticas (p.ej.: Rousseau: Nueva Eloisa, Goethe: Las desventuras del joven Werther, József Kármán: Las tradiciones de Fanni) es entusiasmado, inundante,
apasionado y fascinante. El protagonista está entusiasmado por cuatro cosas
sobre todo: por las ideas antiguas, por la belleza de la naturaleza, por el
amor y por la libertad.
Todo esto no sería particularmente interesante para nosotros, ya que podríamos
decir casi lo mismo sobre cualquier obra sentimental o romántica (en la
literatura húngara sobre Petőfi por ejemplo, excepto la fascinación por lo
antiguo.) Pero el Hiperión inesperadamente tiene una conexión
con nuestro cuento analizado. En la página 145. de esta novela de 150 páginas,
o sea, en su final, Hiperión cuenta a Belarmino que después de haber abandonado
su patria, llega a tierra alemana. Allí podemos leer la siguiente descripción –
aquí no citada por completo - sobre los alemanes (traducción al español de Jesús
Muñárriz):
“Bárbaros desde tiempos remotos, a
quienes el trabajo y la ciencia, e incluso la religión, han vuelto mas bárbaros
todavía, profundamente incapaces de cualquier sentimiento divino, corrompidos
hasta la medula –felizmente para las sagradas Gracias --, ofensivos para
cualquier alma bien nacida, tanto por sus excesos como por sus insuficiencias,
sordos y faltos de armonía, como los restos de un cántaro tirado a la basura...
así, Belarmino, eran quienes debían consolarme.
Es duro lo que voy a decir, y sin embargo lo digo porque es la verdad: no puedo
figurarme ningún pueblo mas desgarrado que los alemanes. Entre ellos
encontraras artesanos, pero no hombres, pensadores, pero no hombres, señores y
criados, jovenes y adultos, pero ningún hombre... ¿No es todo esto como un
campo de batalla donde yacen entremezclados manos y brazos y toda clase de
miembros mutilados, al tiempo que la vertida sangre de la vida se pierde en la
arena? [...]Pero las virtudes de los alemanes son brillantes maldades y nada
mas; pues solo son fruto de la necesidad, impuesto a la sequedad del corazón
con fatigas de esclavos por un miedo cobarde, y dejan sin consuelo a cualquier
alma pura que guste de nutrirse de lo bello y que, acostumbrada al sagrado
concierto de las naturalezas mas nobles, no soporte las disonancias que
rechinan en la totalidad del orden muerto de estas gentes.
Te aseguro: no hay en este pueblo nada sagrado que no haya sido profanado y
rebajado al nivel del mas miserable recurso, e incluso aquello que a menudo se
conserva entre los salvajes divinamente puro, lo tratan estos bárbaros
calculadores igual que se trata un oficio, y ademas no pueden actuar de otra
manera, pues una vez que un ser humano esta adiestrado, se pone al servicio de
su objetivo, busca su provecho, no vuelve a entusiasmarse, ¡Dios le aguarde!,
permanece siempre en calma, y cuando celebra sus fiestas, y cuando ama y cuando
reza, incluso cuando llega la alegre fiesta de la primavera, cuando la época de
la reconciliación del mundo hace desaparecer todas las preocupaciones y la
inocencia impone su magia al corazón culpable, cuando el esclavo, embriagado
por los calidos rayos del sol, olvida alegremente sus cadenas, y los enemigos
del hombre, amansados por el aire divinizado, se vuelven pacíficos como
niños... cuando incluso a la
oruga le
nacen alas y zumba la abeja, ¡el alemán sigue dedicado a su tarea y no se
preocupa del tiempo que hace! ?
[...]
También resulta descorazonador contemplar a vuestros poetas, a vuestros
artistas y a todos aquellos que se preocupan todavía del genio y aman y
cultivan lo hermoso. ¡Pobrecillos! Viven en el mundo como forasteros en su
propia casa, son como el paciente Ulises cuando, con aspecto de mendigo, estaba
sentado ante su propia puerta, mientras los insolentes pretendientes
alborotaban en el salón y preguntaban: ¿Quién nos ha traído a este vagabundo?
En el pueblo alemán, los discípulos de
las musas crecen llenos de amor, de espíritu y de esperanza; los ves siete años
mas tarde y andan errantes como sombras, silenciosos y fríos, son como un
terreno que el enemigo a sembrado de sal para que en el no crezca nunca mas ni
una brizna de hierba; y cuando hablan, ¡ay de aquel que les comprende, que en
sus titánicos asaltos y en sus tretas proteicas solo ve la lucha desesperada
que su hermoso espíritu destruido lleva a cabo contra los bárbaros con los que
el tiene que enfrentarse!
Nada es perfecto en este mundo-es la
vieja canción de los alemanes. ¡Que no haya nadie capaz de decir a estos seres
abandonados por los dioses que si todo es tan imperfecto entre ellos es porque
sus toscas manos manchan cuanto es puro y profanan todo lo sagrado, que entre
ellos no prospera nada porque no se preocupan de la divina naturaleza, que es
la raíz de la prosperidad, que la vida entre ellos es realmente sosa y esta
cargada de preocupaciones y saturada de frías y mudas discordias, porque solo
desden tienen para el genio que pone fuerza y nobleza en cada acción humana y
serenidad en el sufrimiento, y lleva amor y fraternidad a las ciudades y a las
casas!
Y por eso también temen tanto a la
muerte y sufren todas las ignominias por amor a esa vida de ostras que llevan,
porque no conocen nada más elevado que su chapucería, que ya no les funciona.
¡O Belarmino! Cuando un pueblo ama lo
bello, cuando honra al genio en sus artistas, circula en el un espíritu general
igual al aire de la vida, la timidez se desvanece, la vanidad se disipa y todos
los corazones son devotos y grandes, y el entusiasmo engendra héroes. Tal
pueblo es la patria de todos los hombres, y al forastero le gusta quedarse en
el. Pero ¡ay!, donde la naturaleza divina y sus artistas son tan maltratados,
desaparece el mayor encanto de la vida, y cualquier otro astro es preferible a
la tierra. Allí los hombres, a pesar de haber nacido todos en la hermosura, se
vuelven cada vez mas salvajes y yermos; crece el espíritu de servidumbre, y con
el zafio envalentonarse; con las preocupaciones aumenta la borrachería, y con
el lujo el hambre y el temor por la subsistencia; los dones de cada año se
convierten en una maldición, y los dioses huyen.”
Hemos citado tanto de la novela de Hölderlin, porque citar solamente algunas
frases breves podría desorientarnos. Nos haría la ilusión como si Hölderlin
criticara a los alemanes en pocas palabras. No es eso, les ataca con vehemencia
extendidamente llamándoles bárbaros varias veces. ¿Tal vez le pasó por la
cabeza al doctor K.H.G. todo aquello cuando empezó a conversar? ¿Acaso se le
ocurrió que Hölderlin no solo era un gran figura del romanticismo alemán, sino
también fustigó a los alemanes en su obra mencionada? O vamos a dar un paso
atrás: ¿Le pasó a Örkény por la cabaza mencionar una obra que además de ser un
ejemplo clásico de la cultura alemana está criticando mucho a los alemanes?
Tiendo pensar que si no el doctor K.H.G., Örkény seguramente estaba conciente
de ello.
-¿Y Heine, por ejemplo?- pregunta por segunda vez el doctor K.H.G. Si hasta
ahora no hemos sospechado nada ya es la hora de empezarlo. Ya que Heinrich
Heine nació en la judería de Düsseldorf de una familia de comerciantes. Aunque
se convertió al cristianismo en secreto, el sentido de la discriminación
(Nichtdazugehörigkeit) le seguía hasta el final de su vida. El Libro de Canciones es el libro de versos alemán más
conocido. El lenguaje de sus poemas está muy cerca a la lengua cotidiana, él es
el Petőfi de los alemanes. Su poema famoso, el Loreley es una pieza fija de los libros
escolares, se figura aún en las antologías del nacismo, aunque anónimamente
como canción popular, ya que para entonces las obras de Heine se habían quemado
por su origen judío. Si no por otra, el guardia alemán tendría que conocer su
nombre por esta razón. Pero no le conoce y tampoco
sospecha nada. Solo después de la explicación del doctor K.H.G. se da cuenta de
haber demostrado su falta de educación por la segunda vez.
El tercer nombre es de Schiller. Si queremos buscar una conexión con las
ideas de Hölderlin se nos ocurre la Oda
a la Alegría que es el himno
al amor humano (y el de la Unión Europea). Encontramos paralelos aún más
evidentes en Los dioses de
Grecia. En este verso podemos descubrir la misma exaltación por la
antigüedad que en el Hiperión de Hölderlin. Es el poema de la
belleza desaparecida para siempre y del anhelo nostálgico. Solo citamos las dos
últimas estrofas:
“¡Abrazaos, Millones de seres!. ¿Os prosternáis, Millones de seres?
Este beso para el Mundo entero! ¡Mundo,
presientes al Creador?
Hermanos, sobre la bóveda estrellada Búscalo por encima de las
Estrellas!
Habita un Padre Amante. Allí debe estar su Morada!”
Aquí también debemos mencionar el
entusiasmo por la antigüedad del cuarto poeta, Rilke. El Torso de Apolo arcaico hace homenaje poético a la belleza
eternal. Su entusiasmo por la belleza ( Las
Elegías de Duino) es adecuado
para crear paralelos también. Rilke a parte de sus poemas escribía prosa
también. Un indicio de su adoración de la naturaleza puede ser su escrito
titulado Worpswede. La Canción de amor y muerte de alférez
Cristóbal de Rilke que cuenta
la participación de uno de sus antecesores del siglo diecisiete en la batalla
de Szentgotthárd contra los turcos, puede ser comparado con las escenas sobre
la batalla por la libertad del Hiperión. Pero es obvio que los ideales
comunes de los cuatro poetas no dicen mucho al guardia alemán, el hecho que va
a ser evidente para el doctor K.H.G. ya al mencionar el nombre del
primero. Por lo tanto solo acaricia vanas esperanzas al pensar que puede
conversar sobre matices. El nombre de Heine puede empujarse al segundo sitio
porque es una cuestión elemental. El nombre de Schiller también es apto para
apuntar la educación popular del guardia alemán. Y Los bandidos de Schiller es un drama tan popular
que el doctor K.H.G supone con razón que lo conozcan.
Pero el guardia alemán cae en la trampa de un juego de palabras raro. Responde
a la pregunta sin pensar que conoce a Schiller. Quizás diría sí, de todos modos
a los nombres de Goethe, Büchner o de Klopstock. Pero aparece una palabra que
él conoce de verdad. Es la palabra siller. El siller es una especie de vino de origen
alemán, que tiene un color rojo más oscuro que el de los vinos rosados, pero no
llega a la oscuridad del vino tinto. Su sabor es más parecido al del vino
blanco. En húngaro se llama vino
de castillo también. El
guardia alemán puede conocer el siller aunque no tenga educación
literaria. El fragmento siguiente sacado de la novela muy conocida de Zsigmond
Móricz, titulada Sé bueno
hasta la muerte, alude al
mismo juego de palabras de Schiller
–siller.
Orczy tenía un juguete y eso le gustaba mucho. Una
fábrica de escultura de cera, se podía hacer esculturas con ella.
Orczy después de haber fundido la cera en la cocina,
la trajo adentro y hizo una.
- Este es Goethe.
- ¿Gőte? – preguntó el pequeño
Nyilas riéndose.
- Sí.
- ¿Para qué será esto?
- El alemán aquello.
- Ese no es alemán, es húngaro, no
sabe ni una palabra en alemán.
- ¿Quién? ¿Goethe?
- Sí.- dijo riéndose falsamente.
- Oye,- dijo Orczy sorprendidamente
– este es el poeta alemán más grande.
- Poeta… pero si es nuestro
sepulturero…el viejo Gőte es el sepulturero de mi pueblo.- y reía a carcajadas
de su chiste, y recordaba al viejo Gőte borracho, al sepulturero.
Le tardaba mucho tiempo explicarlo a Orczy, pero
entonces él también se reía mucho.
- Y ahora voy a hacer Schiller.
- ¿Schiller? ¿Vas a hacer vino
siller?
Se reían mucho.
- Anda, si haces siller, lo va a
beber Gőte seguro.
En la novela Misi Nyilas no conoce a
Schiller tampoco, pero conoce el siller, igual que el guardia alemán. Pero aquí
hay otro momento también. Misi Nyilas no conoce a Goethe tampoco. En cambio
menciona a un sepulturero borracho que se llama Gőte (precisamente a un sepulturero.)
Es raro que Misi Nyilas, y obviamente Móricz ,no conozcan el anfibio que se
llama tritón. (El tritón en húngaro es gőte, pero el único idioma europeo es el
húngaro en el que se puede confundir el nombre del gran poeta alemán con el del
saurópsido, porque en otros idiomas europeos este animal se llama triturus o salamandra.) Aunque este animal aparece ya en 1792
en el diccionario de Dávid Baróti Szabó (Diccionario para niños de palabras
húngaras raramente utilizadas presentadas en versos recordatorios en orden
alfabético.) Gőte- saurópsido. Sus
subespecies son el tritón común (triturus vulgaris), el tritón cristatus, el
tritón alpino, el tritón crestado del Danubio, el lissotriton vulgaris y el
tritón vientre de fuego.
Pero vamos a volver al mundo del cuento de Örkény. El guardia alemán al
oír el cuarto nombre se da cuenta que ha entendido mal la palabra Schiller. Ya no se rompe la cabeza en pensar
en el cuarto nombre. Se pone rojo y tira. Quizás es una asociación demasiada
libre de mi parte trazar un parangón literario examinando el sintaxis de la
frase final del cuento. Vamos a observar que Örkény utiliza la conjunción y dos
veces:
-También –dijo el guardia alemán, y
se puso como un tomate, y de un tiro mató al doctor K.H.G.
En el idioma húngaro ponemos la palabra y solamente una vez antes del último
elemento de la enumeración. Por eso pensamos que lo que viene después de la y, será la última parte. Cuando en cambio viene otra y, el ritmo se rompe automáticamente,
la enumeración se retarda y va a ser discontinuo. Solo podemos leerla
pausadamente. El mismo elemento de efecto aparece en el verso famoso del Preámbulo de Mihály Vörösmarty.
Ahora es invierno, y silencio, y nieve, y muerte.
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