Los hombres
aman la música agradable.
Los hombres
aman las luces misteriosas.
Los hombres
aman las palabras bonitas.
Los hombres
aman los movimientos suaves.
Los hombres
aman los pensamientos elevados.
Los hombres
aman sus momentos íntimos.
Los hombres
aman los toques sutiles.
Los hombres
aman la belleza en el arte.
Los hombres
aman la buena compañía.
Los hombres
aman las aventuras de carne.
Los hombres
aman los vehículos precisos.
Los hombres
aman una comida abundante.
Los hombres
aman las cervezas chispeantes.
Los hombres
aman los emocionantes partidos de fútbol.
Los hombres
aman las películas llenas de acción.
Los hombres
aman los anuncios divertidos.
Los hombres
aman a las mujeres desnudas.
Los hombres
aman los chistes horribles.
Los hombres
aman los eructos asombrosos.
Los hombres
aman el sexo duro y rápido.
Los hombres
aman consumir películas pornográficas.
Los hombres
aman las películas pornográficas sin pretensiones y les encanta la música
agradable.
…………..
A las mujeres
no les gusta….
Ábrete las
piernas. Eso es. Aún más. Baja el culo un poquito más, así, tuerce los pies
hacía dentro. Eso es, así va a ser perfecto.
El hombre
excitado está dando instrucciones poniéndose rojo, y gesticulando y gritando en
voz bronca: me está enseñando cómo hacer la cuña en la pista de esquí. Pues, al
hombre excitado se le reconoce de que quiere explicarte lo que no entiendas,
que quiere enseñar algo lo que no sepas: montar la bicicleta, hacer la cuña, la
respiración abdominal, conducir, freír crepes finos, hacer la mariposa,
taladrar, en general, introducirte a las cosas de la vida, a lo guay, al
séptimo cielo. El hombre excitado se para delante del Notre Dame, gesticulando
con la patilla de sus gafas y en voz alta dice: estilo gótico. En el
restaurante gira la botella de vino, lee la etiqueta y después mirándote en los
ojos profundamente repite el nombre del vino añadiendo el año del mismo.
Estilo gótico,
cuvet, cuña. Más vale cabecear en estos casos, o a veces sorprenderse así: ¿ De verdad ? ¿ Edad
media?! ¿ A gran velocidad también? ¿ Se suelta solo?!!! Y no se pega?
En la jungla complicada,
imprevisible y llena de trampas de la vida coloca las señales de camino, en las
que en general está escrito que YO, YO, y desde éste punto puedes remitirte a
él, no tienes que buscar el camino correcto dando tropiezos nunca jamás, porque
él te da la mano, estilo gótico, cuvet, ábrete las piernas.
Además, para hablar del tema arriba señalado, el hombre
está perfectamente enterado de la sexualidad femenina. Como por ejemplo Fédérique Leboyer el comadrón ( su
nombre es masculino)- cuyo libro sobre el parto traduje al húngaro hace tres
años- mientras compartía su experiencia tocológica con los lectores mezclada
con filosofía oriental, me intentaba convencer de que yo como mujer, si la soy
de verdad y todavía me queda algo del instinto y de la naturalidad femenino (soy
capaz de arrullar con mi ombligo por ejemplo) tendría que llegar al orgasmo
durante los dolores del parto. Si no llego, significa que hago algo mal, pero
no hay que desesperarse y dejar de parir, que continúe a parir tranquilamente
disfrutándolo como pueda, entregándome a los dulces empujes que esta vez vienen
desde dentro y no de fuera, pero es una diferencia insignificante, total que
disfrute el parto.
Cuando estaba a punto de dar a luz a mi propio hijo,
el ginecólogo seguía diciéndome que „Vamos
a parir pronto. „Y más tarde: Hoy vamos
a parir. Al final parió él solo y cuando en el último momento fuimos a él con
el padre de mi hijo ya ni me hizo caso. Mi hijo no quería nacer (hizo
esperarle, como todos los hombres lo hacen además, pero él empezó así ) y él
ginecólogo estaba hablando a mi pareja. Mire Señor, le dijo a él explicando
como un hombre al otro, y yo sentada y callada con mi barriga enorme, mire
Señor dijo el ginecólogo. Y entonces pensaba que seguramente hubiese hablado
con mi hijo que está en mi barriga antes que con migo, la hembra bruta.
Fédérique, Fédérique, pensaba entonces mientras estaba leyendo y traduciendo
cómo parir, digo Fréderique, no me gustaría ser tu mujer a pesar del todo chi,
menos mal que soy solamente tu traductora, una mujer decadente y apartada de la
naturaleza, que a parir parió por lo menos. Evidentemente Fédérique no me haría
ni caso, diciendo ¡Qué va! Esto no significa nada, solo es la teoría lo que
cuenta.
Pues, conozco este menosprecio, el hombre que
explica con la patilla de las gafas sabe todo mejor en la cama también, te dice
qué y cómo tienes que sentirte, trata detalladamente sobre el orgasmo vaginal y
clitorial, coge ejemplos, o en peor caso se refiere a sus experiencias, o sea,
él es un Fédérique, incluso sabe mejor parir que tú, y solo no te lo demuestra
ahora mismo porque tiene que madrugar mañana.
El macho auténtico ni siquiera se tortura con la
teoría, es demasiada complicada para él, este viene, da instrucciones y ….cuña
y bájate el culo.
Y cuando ya estás al final de la cuesta, después de
la cuña, tumbada en la nieve con tus esquís tirados por allí, entonces inclina
encima de ti y con un gesto propio mezclado de orgullo masculino y de una
preocupación poco exagerada te pregunta:
-
¿ Qué
tal?
Entonces una si tuviera fuerza se levantaría y diría
que gracias, pero yo prefiero probar otro deporte ahora, pero no lo hace,
porque 1. se le ha roto la pierna 2. o no se le ha roto pero se le ha
desplazado 3. si ni siquiera está desplazada, por lo menos se ha hecho mucho
daño de todos modos, total que no ha podido disfrutar mucho del placer de
deslizar. Pero todo esto no cuenta nada, lo más importante es el momento cuando
el hombre cuenta toda la historia arriba en la cabaña tomando una cerveza por
la noche: cómo descendía en aquella pista negra helada…
Si la pregunta no es ¿ Qué tal?, entonces la boca
(todavía muda, dado que la conciencia no percibe nada más) encima del esquiador tumbada pregunta:
-
¿
Ha sido bien?
En cuanto a esta pregunta hay que saber una
información de fondo biológica. El hombre en este caso experimenta la sensación
de ser la esperma ganador de todos los hombres que han aparecido en tu vida y
tu eres un óvulo grande y fértil acertado por él mismo. Vamos a formar una
respuesta adecuada teniendo en cuenta, pues, que en este momento dado su
cerebro está proporcionado al tamaño de una esperma, por eso lo más simple es
decir que sí, mucho, el óvulo está contento, solo es que no quiere conversar
ahora, porque tiene que dividirse mentalmente.
Los hombres no solo conocen perfectamente el cuerpo
y el orgasmo femenino (ver Fédérique
Leboyer arriba mencionado) sino la literatura especializada en el mismo tema
también. Conocen incluso las experiencias de tus amigas, anteriormente contadas
por ti según él, y las experiencias de las amigas de sus amigos contadas por
ellos mismos (ver tomar cerveza en la cabaña más arriba). Es decir saben
exactamente que la poeta Fulana logró el orgasmo vaginal justo después de haber
publicado con éxito su obra traducida al alemán, aunque la conexión entre las
dos cosas no es evidente, pero el alma es capaz de muchas cosas ( yo hasta
ahora he sido traducida solamente al francés y al inglés), y que la otra no lo
ha conseguido todavía, solo escribe sobre ello, pues la tercera probablemente
es lesbiana porque no les hace ni caso, no la será por esto, claro, pero es
sospechoso por lo menos.
Si de una vez aprendemos la cuña, la respiración
abdominal, montar la bicicleta, conducir, freír crepes, hacer la mariposa, taladrar
y parir con placer, es decir nos orientamos en la vida, pero en un momento nos paramos
indecisamente en el apeadero porque no encontramos la dicha señal YO, YO, YO,
EL HOMBRE pinchada dentro de un circulo de un metro de diámetro alrededor de
nosotras, antes o después aparecerá este hombre en la esquina. Llegará sentado en
un coche grande y rojo. Nos mirará de pies a cabeza y dirá:
-
¿
Me esperas a mí, hermosa?
Entonces miremos muy profundamente en los ojos de la
esperma hasta su cerebro, y respondamos despacito con seguridad:
- No. Espero la menopausia.
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